
En la
duodécima clase práctica nos hemos acercado a LA ORIENTACIÓN PERSONAL a través
de diferentes dinámicas, poco ortodoxas y divertidas, como test de
autoconocimiento, interpretación de dibujos, etc. Conocimos la “Teoría X o
Teoría Y” de McGregor (1960) para averiguar qué estilo de dirección aplicar al
trabajador según resultado del test. Dudoso o no, las dinámicas nos han abierto
la puerta a un tema muy importante a tener en cuenta en nuestro rol como
docentes, y personas.
Lo
que puede parecer a alguno una “pérdida de tiempo”, son herramientas útiles para conocer, o al menos intentarlo, a los
alumnos, para mí es fundamental para nuestro trabajo como profesores de
Secundaría. Y más, cuando nuestro trabajo nos pone en manos a personas
extremadamente vulnerables como adolescentes y jóvenes. Aparte de trabajar con
ellos los conocimientos y la materia a lo que nos obliga el currículo, somos guía, tutor, orientador, somos coach,
asesor, “influencer”. Y cuántas más y mejores herramientas tengamos para
escucharles, ayudarles, motivarles y proporcionarles una
orientación, mejor. Para manejar esas herramientas tenemos que conocerlas,
conocernos y por supuesto ¡Trabajarnos!
a nosotros mismos. Cada enseñanza comienza con un aprendizaje. Y es, quizás, el
ejercicio más difícil. “Yo estoy bien, si tú estás bien”, y viceversa. Puede
que recibimos en este máster universitario conocimientos que nos formen como
profesores de Secundaria, pero cuando salgamos de la universidad con el título
en mano, nos queda todo un camino de autoconocimiento y formación personal
por delante. A lo largo de toda nuestra vida.
Voy a contar brevemente mi caso particular: la
maternidad despertó en mí una inmensa curiosidad y también necesidad de saber
más sobre la crianza de los niños y psicología. Se abrió ante mí un abismo
personal de dudas, zonas oscuras de mi personalidad, vacíos, desastres y demás
imperfecciones. Me llevó a una dura crisis, atravesé su fase de duelo y me
llevó en una búsqueda de una salida a aprendizajes fundamentales. A través de
muchos talleres, formaciones y vivencias “resucité” equipada con herramientas
útiles que me ayudan a llevar mi vida de una manera más plena y creo que ahora
me va servir a acompañar a otras personas en su crecimiento. Aparte de mis
formaciones profesionales como delineante, arquitecto y cursos de enseñanza de
alemán, me formé como profesora de yoga especializada en niños y familias,
participé en encuentros de educadores de la Fundación Claudio Naranjo, asistí a
formaciones del método educativo Montessori. Asisto a formaciones sobre salud
integral, sobre el uso de cuerpo y de la voz, sobre la relación entre emociones
y cerebro, sobre técnicas como la Comunicación
No Violenta, sobre inteligencia emocional y actualmente participo,
como madre y profesora, en talleres sobre relaciones saludables
para y con niñas y niños adolescentes.
Muchos
son los
retos en nuestra sociedad actual, dentro y fuera de las aulas, y
necesitamos forjarnos para crecer sanos (cuerpo, corazón y mente ;) y para afrontar
los conflictos que se nos presentan. La transformación radical está en marcha
en todos los ámbitos de la sociedad actual, no sólo por la invasión por las tecnologías
en nuestras vidas, sino por cuestiones de diversidad y de sostenibilidad de todo
un sistema. Aparte de formarnos en habilidades sociales y emocionales, el autoconocimiento es fundamental para el
crecimiento de cada persona, y para un profesor en particular. Y ¡no nos
olvidemos de jugar, de divertirnos y de celebrar! ¡También en el aula!
Añadiría
un profesor de yoga al gremio de
orientadores y al currículo. Mens sana in corpore sano.
Y, entre docentes comprometidos nos
podemos orientar. Intercambiar ideas, problemas, estrategias, sentires. Ayudarnos mutuamente a mejorar.
Recomiendo
que veáis este documental: Entre maestros
Potente
experiencia educativa a través del autoconocimiento con alumnos de secundaria y
su profesor, Carlos González. Para mí, un modelo de profesor.
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